Se estiman en unos 22.000 los caballos salvajes del monte gallego, un patrimonio ecológico de inestimable valor que prácticamente está presente en todas las provincias de Galicia. Las tradiciones unidas al caballo son numerosas y se celebra una Fiesta Ecuestre que ya se conoce en todo el mundo: “la rapa das bestas”. Una de las más antiguas, la de Sabucedo, se celebra al menos desde principios del siglo XVIII.
Esta Fiesta cultural que gira en torno al caballo salvaje, donde se rapa la crin y se reúnen las manadas en recintos cerrados para su control, ahora ha evolucionado, dando otro sentido sin cambiar la raíz de la misma tradición. Si antes sólo se aprovechaba el evento para la venta o adjudicación de un número de reses y para su marcado, ahora se les incorpora un microchip para el seguimiento de cada animal. Los pueblos donde se celebra anualmente la rapa das bestas son:
Provincia de La Coruña:
Cedeira el 29 de junio, Puebla del Caramiñal el 12 o 19 de julio y en Vimianzo a mediados de julio.
Provincia de Lugo:
Viveiro durante el primer domingo de julio, Mondoñedo el último domingo de junio y en Valle de Oro el primer domingo de agosto.
Provincia de Pontevedra:
Oya el 8 de junio, Morgadáns (Gondomar) el 15 de junio, San Cibrán (Gondomar) el 22 de junio, Sabucedo (La Estrada) el primer sábado de julio, Cotobade el 3 de agosto, Domaio y Gagan el 14 de agosto, La Cañiza el 31 de agosto y Galiñeiro (Gondomar) en agosto.
Bien es cierto que la rica proliferación de esta especie en estado salvaje está provocando algunos accidentes y daños en propiedades privadas, no quita el beneficio que proporciona al medio ambiente en general, a la eliminación de gran parte de la biomasa que, entre otras cosas, son un peligro potencial de incendio para los montes. También es de las pocas zonas de Europa donde se pueden encontrar caballos en libertad, así como un beneficio como atractivo turístico añadido al comercial, ya que cada año más de 5000 potros son destinados para la venta y consumo.
Toni Ferrando.