Ribadavia es un pueblo de Galicia situado entre los valles de Arnoia, Barbantiño, Avia y el del Miño. El origen de su nombre se debe a los romanos y literalmente significa “a orillas del río Davia”. Fue descubierto por poblados celtas que se asentaron en la zona por la cantidad de oro que encontraban a orillas del río, por la rica vegetación y el fácil acceso a los alimentos. Más tarde fueron los romanos los que se beneficiaron de estas características y, finalmente, los musulmanes derruyeron casi todo el poblado hasta que Alfonso III lo reconquistó.
A mediados del siglo XV se construyó el castillo de Ribadavia, lugar de interés turístico. A partir de este castillo se levantó la población cristiana de nuevo y el pueblo volvió a emerger económicamente; esto hizo que la población creciera hasta llegar a los más de 5.000 habitantes con los que ahora cuenta. El paso de tantas culturas diferentes ha hecho que la historia sea algo importante en este municipio, de manera que las fiestas mayores hacen honor a esto. En la Fiesta de la Historia se fomenta el recuerdo de antiguos trabajos artesanales, se recrean bodas judías, se celebra un torneo medieval e incluso se puede pagar con una moneda para las fiestas llamada maravedí.
Es por esto que gastronómicamente tenemos un gran abanico de sabores para disfrutar de la tradición de esta localidad gallega. Al estar tan cerca del río, podemos degustar platos como ceviche con verduras, vieiras y todo tipo de pescados frescos traídos del río. Un buen lugar para alojarse es la Casa de Ulloa, con un aire rústico que se mezcla con la arquitectura de todo el pueblo. El personal amable y las habitaciones cómodas y silenciosas harán de nuestra visita a Ribadavia una experiencia inolvidable.
Esther JG