Hablar sobre el Camino de Santiago de la Costa puede resultar un tema ya muy leído, pues es una Ruta de Peregrinación que se sigue desde hace muchos siglos y es la elegida por numerosas personas provenientes de todos los puntos de la Europa Cristiana, sobre todo del oeste europeo y las partes más septentrionales, como los venidos de las Islas Británicas e Irlanda. Pero existe un acontecimiento que ha cambiado algo esta mítica ruta, y es su Declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2015.
Esta ruta recorre por Francia el antiguo Camino de Soulac, siguiendo casi el contorno continental por su parte más occidental. Para la entrada en la Península, cruza la frontera en un punto situado entre Hendaya e Irún (incluyendo ambas localidades en este punto) y se dirige hacia Arzúa para alcanzar el Antiguo Camino de Santiago Francés hasta la capital compostelana. Para llegar a la meta, tenemos que cruzar las provincias de Guipúzcoa, Vizcaya, Cantabria, Asturias, Lugo y gran parte de La Coruña. También existen varias alternativas por varios caminos en cada provincia, pero la ruta principal está bien señalizada.
Con algunos altibajos populares, se sabe que esta Ruta es recorrida por los Fieles al menos desde el siglo XI, siendo al principio el más elegido para llegar desde Europa, por el obvio estatus musulmán que vivía la Península. Por eso se diferenció del resto de Rutas Jacobeas que llegan desde otros lugares y que están incluidas como Patrimonio de la Humanidad desde el año 1993, quizás por esta característica, ya que se trata de primitivas rutas mozárabes de los cristianos que convivían con la cultura islámica y necesitaban peregrinar hasta la Ciudad Santa Compostelana. En 2015 lo que se realiza es una extensión por parte de la UNESCO para estas numerosas rutas, algo que me resulta curioso, pues los mapas antiguos siempre han reflejado esta ruta como la principal, siendo en cambio la última en registrarse por esta Organización dependiente de la ONU.
La Ruta del Camino de Santiago de la Costa recorre una gran distancia y se contemplan numerosos parques naturales, playas e islas. En su camino se pueden visitar numerosos yacimientos arqueológicos, como la Cueva de Altamira, dólmenes, túmulos y castros. También recorre variado patrimonio artístico y monumental por las localidades encontradas a su paso, como numeroso es el patrimonio religioso de todas las épocas y desde el Románico. También se observan numerosos castillos y torres de defensa, así como suntuosos palacios, casonas antiguas y pazos. Museos, teatros, ateneos, centros universitarios, jardines botánicos y zoológicos. Todo este conjunto, con sus manifestaciones culturales, configuran un camino cuyo nexo termina en Santiago de Compostela, que desde el año 2015 se esfuerza por mejorar los servicios dedicados al peregrino, no sólo en territorio gallego, pues mantiene amplios contactos con las distintas y numerosas dependencias provinciales (y obispados) que configuran uno de los más antiguos e interesantes caminos santos que existen en el mundo.
Toni Ferrando.