La Catedral de Santiago de Compostela sigue siendo la catedral más visitada y fotografiada de Europa, cada año, miles de visitantes, peregrinos o no, llegan a la Plaza de la Quintana para visitar uno de los símbolos de Galicia y de la espiritualidad del mundo.
A pesar de que cada vez vemos menos la estampa típica veraniega de los grupos de japoneses cargados con sus cámaras, en Santiago de Compostela sigue siendo algo habitual. A pesar de no ser Año Xacobeo, la catedral compostelana sigue siendo uno de los objetivos principales del turismo en nuestro país, tanto del nacional como del extranjero. Aunque no se han cerrado aún las cifras de agosto, ya el mes pasado se habían superado los 100.000 visitantes.
Y es que, realizar el último tramo de la Ruta del Camino de Santiago, la más importante ruta de comunicaciones de Europa durante siglo, camino de la cristiandad y una importante conexión comercial entre ciudades, es una gran experiencia. Durante el camino, culturas países conviven, peregrinos de todas las edades disfrutan de la belleza del paisaje gallego, con sus albergues, instalaciones, etc…
Pero por encima de todo está la recompensa de la llegada a Compostela, una ciudad de piedra en la que el tiempo parece haberse detenido, en la que caminar por sus rúas, plazuelas porticadas, entre palacios de todas las épocas desde el siglo XII, es un auténtico placer.
Una experiencia que culmina ante las impresionantes agujas de la catedral y su fachada esculpida que refleja lo más representativo del Arte Sacro en Europa y que, religioso o no, impresiona a cualquiera que se plante ante la escalinata que asciende al Pórtico.
Marga G.-Chas Ocaña
